Parece que se está consiguiendo, se ha reducido la cifra de jóvenes entre 18 y 24 años que no estudian ni tampoco trabajan, en un 8,4%, según un informe hecho público la pasada semana. Seguramente podemos considerarlo una buena noticia, pero como ocurre en algunos casos, si no conocemos cuáles han sido los mecanismos que han favorecido este cambio de cifras y, tal vez, de tendencia, no sabremos lo que hay que seguir haciendo, o lo que hay que seguir modificando para que la reducción de ninis sea casi total y dejen de existir, en la medida de lo posible.
Las cifras que manejamos como sociedad son un indicador que permite evaluar lo que ocurre en determinados ámbitos y refleja una referencia para conocer cambios o variaciones de tendencia en el campo que pretendemos estudiar, pero sobre lo que hay que ser prudente, cauteloso y tener amplitud de miras. Una lectura rápida de los datos nos podría llevar a pensar que hay más oportunidades de trabajo para los jóvenes en general, o que se ha conseguido sensibilizar a algunos de ellos de la necesidad de seguir formándose para incrementar sus opciones de empleo. También podría ser que los jóvenes se estén marchando a otros lugares o que estén desapareciendo de determinados registros como las listas del desempleo porque no crean en la utilidad de este mecanismo.
Pero una vez anunciadas algunas de las posibilidades, volvamos al terreno que nos es propio en esta sección y veamos que cuestiones entran dentro de la capacidad de cambio y control personal que permitan incidir en esos cambios de forma consciente y voluntaria. Dicho de otra manera, en saber si hay algún cambio que tenga que ver con que esos jóvenes entre 18 y 24 años se hayan dado cuenta de que depende de ellos y ellas seguir perteneciendo a ese grupo de ninis o pasar a formar parte de otro grupo de personas implicadas y comprometidas con su empleabilidad y su desarrollo personal y profesional. Si fuera este el caso, estaríamos ante un cambio de envergadura y que valdría la pena celebrar. Qué interesante sería leer un enfoque informativo que se pareciera a: “Hoy felicitamos a un 8,4% de jóvenes que han decidido creer en sí mismos y se han concedido la oportunidad de volver a la formación o han mejorado sus habilidades para conseguir un trabajo”. ¿Qué efecto podría tener una información planteada en estos términos? Seguramente no sabemos la respuesta porque no acostumbramos a leer noticias planteadas así.
Nuestra sociedad actual está enfocada hacia el cambio, a diario identificamos cosas, entidades, personas y circunstancia que tienen que cambiar para mejorar, para adaptarse a los nuevos tiempos. ¿Para cuando un cambio de enfoque en la forma de presentar datos o estadísticas o situaciones de nuestra sociedad que nos permita ver de otro modo algo de lo bueno que hay a nuestro alrededor?. No se trata de esconder lo negativo o lo que necesita mejorar, se trata de favorecer la motivación y confianza para enfocarnos hacia lo bueno y buscar más de eso, porque mientras estemos solo enfocados hacia lo malo, nos podemos sentir ahogados.
Así pues, felicidades a todos y todas las personas que logran a diario hacer algo y comprometerse en mejorar su situación personal y profesional, y lo consiguen. Ánimo para continuar así y no cejar en el empeño.
catalinafuster.com
Psicóloga y Coach