Falta solo una semana para Nochebuena, y para algunas personas esto supone comenzar a agobiarse, a pensar en el jaleo que se les viene encima y a desear que “ojalá pudiera cerrar los ojos y abrirlos el día 7 de enero”. Tal vez has escuchado esta frase o una parecida en tu entorno cercano, o quizás la has dicho o la has pensado tu alguna vez. En primer lugar, la expresión delata una necesidad de huir de algo, de no querer afrontar unos días de fiesta, un ambiente de celebración, o quizás otras cosas. Vamos a ver si puedes especificar, de forma clara y concreta lo que no te apetece vivir en estos días: ¿se trata de no juntarte con determinadas personas? ¿es la pereza de tener la casa llena de gente o tener que trabajar para otros? ¿tal vez son los recuerdos de algunas personas que no están? …. ¿Cuál es la verdadera razón que te genera ansiedad pre-navideña?
El hecho de definirlo adecuadamente es el primer paso, ya que, a veces, una persona siente esa especie de malestar revoloteando por ahí (en una zona determinada del cuerpo), sin saber exactamente a qué se refiere. Cuando te hayas sincerado contigo mismo o contigo misma, es hora de que te pares a pensar qué quieres hacer respecto a eso. Claro, la primera respuesta puede que sea, “no puedo hacer nada”, “no me queda más remedio que pasar por ahí”. ¿Estás seguro/a de que no tienes ninguna alternativa? Bueno, tal vez …. Ya está apareciendo alguna opción que no habías tenido del todo en cuenta, no es así?
En este espacio hemos reflexionado algunas veces de la libertad personal, de que podemos tomar decisiones y hacer determinadas cosas, aunque, a veces, no las tengamos en cuenta en nuestra primera opción. También hemos recordado que la responsabilidad de nuestro bienestar es de cada uno y cada una de nosotras, y sabemos por experiencia que cuando estamos bien, eso se transmite a los demás; del mismo modo que se transmite el malestar y la angustia. Entonces, si esto es así, ¿para que te sirve estar mal? ¿qué consigues angustiándote y pasando unos días en ese estado?
¿Has pensado alguna vez cómo sería tu Navidad ideal? ¿Qué te gustaría hacer si nada ni nadie dependiera de ti? A veces, algunas personas, ni siquiera se han parado a pensar en cuál es su deseo o su necesidad concreta para saber hasta qué punto la pueden llevar a cabo en todo o en parte. Algunas personas, sencillamente se empiezan a sentir mal cuando comienzan a encenderse las luces o a sonar villancicos. Puede que la razón tenga que ver con que se trata de unos días en que se cambia la rutina, se alteran los hábitos y …. (termina tu la frase).
Es evidente que diciembre trae consigo un cambio de estación, nos suele sumergir de lleno en el frío y en días de menos horas de luz, de estar acurrucados en el sofá con la manta y una bebida caliente; de menos paseos y más horas de televisión, libros, cartas o … ¿qué te gusta hacer en invierno? Se acercan unos días de Fiesta, en realidad no son más que tres días, repartidos uno en cada semana; piensa cómo los quieres pasar. Es tu tiempo, son tus fiestas, se trata de tu bienestar. ¿Quieres disfrutarlo o regalarlo a la ansiedad? Puede que sea mejor regalar otras cosas, no te parece; aunque sea una sonrisa sincera. Este año, decide que tus fiestas sean como tu quieras que sean y … ¡disfruta!
catalinafuster.com
Psicóloga y Coach