Buenos días o buenas tardes, o ¿en qué momento del día estás leyendo este artículo? ¿cuántas cosas has hecho hoy? ¿a cuánta gente le has provocado un sentimiento positivo? ¿has agradecido algo? ¿Cómo pasas tus días respecto a hacer cosas, sentir emociones y agradecer lo bueno que te pasn? Volvemos con preguntas que te permiten ser consciente de muchas cosas …
Algunas personas viven el día a día sin percibir, sin tomar conciencia de lo que ocurre a su alrededor, no piensan en el sentido de las cosas que hacen, no se preguntan ¿para qué hago esto? o un simple ¿quiero hacerlo? y viven, en muchos momentos, la sensación de actuar empujadas por fuerzas extrañas y ajenas a la propia voluntad. Algunas personas no viven la vida que quieren vivir, sino la que creen que se les permite. En algunos casos, esas personas no identifican los sentimientos, las emociones, no se paran a pensar lo que son capaces de sentir en cada momento y se quejan o se someten a situaciones que no les gustan o que no eligen vivir. En otros otros casos, se trata de lo contrario, de momentos especiales, positivos, que igualmente pueden pasar desapercibidos por falta de intención de saborear los buenos momentos y por no dedicar algo de nuestro tiempo a sentir lo bueno que tenemos alrededor. Naturalmente que hay algo bueno, algo más de lo que somos capaces de percibir.
Los recuerdos que se acumulan en nuestra memoria nos permiten recuperar cosas buenas que hemos vivido, recordar lo que nos propusimos conseguir y hemos conseguido, o lo que hemos querido compartir y así ha sido. ¿No es eso suficiente para agradecer? La gratitud es una actitud de la que, a veces, nos olvidamos o, lo que es peor, la utilizamos casi como algo automático y con una connotación social, vinculada a dar las gracias por algo. Cuando damos las gracias, ¿realmente lo sentimos? Vaya, no te has parado a pensar en ello. Decir “gracias”, más allá de la dimensión espiritual que eso tenga para algunos, es sentir ese agradecimiento como algo propio, interno, que permitimos relacionarlo con algo que hemos hecho y que nos supone ligarlo a una determinada sensación.
El agradecimiento también va dirigido a nosotros mismos, no solo a los demás, implica un cierto reconocimiento de algo que nos hace sentir bien. Y es esa actitud sincera de compartir con otra persona un sentimiento de gratitud que, perfectamente, podríamos sentir en privado sin expresarlo a nadie. Si decides expresarlo, se hace más real, más visible y más potente, dándole un efecto positivo potenciador para ti. Incluso ese agradecimiento funciona como un fijador en la memoria para recordar de otro modo una vivencia o acontecimiento. Puede ser una motivación extra para seguir esforzándote, para seguir invirtiendo en acciones que te producen bienestar y que alimentan la generosidad hacia los demás y hacia ti.
Constantemente hacemos cosas, elegimos actuar de una forma o de otra, todo ello nos permite sentir emociones de todo tipo, que también elegimos enfatizar. ¿Dónde pones tu el énfasis? Si sabes darte cuenta de lo bueno que hay a tu alrededor y darle un sentido de gratitud es posible que eso genere mayor disfrute. Así pues, ejercicio para hoy: hacer, sentir y agradecer. Verás que efecto produce …
catalinafuster.com
Psicóloga y Coach