¿Cuántas veces te han hecho esta pregunta? ¿Qué sentías cada vez que te la hacían o te la hacías tu? La elección de una vocación, la identificación de lo que una persona quiere hacer en un momento dado, para proyectar su futuro, no es nada banal ni superficial y puede estar llena de dudas, inseguridades e incertidumbres.
En algunas familias, los padres y madres, intentan orientar a sus hijos e hijas, incluso influirles para que tomen una elección u otra. En ocasiones, se persiguen criterios de rentabilidad en la profesión del futuro, o de elegir algo que “tenga salida” como si esa cuestión fuese ajena a la persona que tiene que desarrollar y vivir de una determinada profesión. Primera idea importante: la persona y sus circunstancias, van a determinar el éxito o fracaso en una dedicación profesional. Vale la pena averiguar qué es lo que a cada persona le gusta, le apasiona y le resultaría interesante estudiar o prepararse para ello. Las salidas profesionales pueden estar donde menos esperes. Cuando alguien le pone pasión a lo que hace tiene una parte del camino avanzada.
Los chicos y chicas no siempre son conscientes de sus fortalezas y debilidades o, mejor dicho, de sus áreas de mejora. En muchas ocasiones, construyen la imagen de sí mismos, de aquellas materias en las que son “buenos” o “malos”, en base a alguna opinión de algún profesor o profesora que, con la mejor de las intenciones, solo tiene un conocimiento parcial de las capacidades y posibilidades de su alumnado. Existen demasiadas elecciones de profesión que se han basado en la creencia de que una persona sirve o no sirve para determinadas materias de estudio.
La elección profesional es un tema suficientemente importante como para darle un cierto rigor y seriedad. A pesar de que existen personas que pueden cambiar de profesión a lo largo de la vida, suele ser frecuente que la elección que se realiza en la época en la que se finalizan los estudios en el instituto, sea una elección encaminada a ser definitiva y a convertirse en el futuro profesional. Seguramente estaremos de acuerdo en considerar que son muchos años por delante, laboralmente hablando, como para tener que pasarlos haciendo algo que no guste lo suficiente. Las personas tendemos a buscar la felicidad, y, el trabajo, el ambiente laboral, la profesión, suelen ser determinantes para facilitar ese acceso a la felicidad, bien en función de lo que se hace, o en función de lo que ello permite conseguir.
¿Cuántas personas conoces a tu alrededor que se sientan seguras en su toma de decisiones? ¿y tu? ¿Crees que tus hijos/as han aprendido a tomar decisiones adecuadamente? ¿consideras que saben lo que hay que tener en cuenta en la decisión de su vocación y futuro profesional? ¿Sabes que pueden tener ayuda y acompañamiento para ello? Habitualmente, en este época del año, empiezan las visitas a los centros universitarios, o las charlas de orientación para alumnado de bachillerato, con la buena intención de ofrecerles información. Lamentablemente, estas acciones no son tan eficaces como pretenden, no están personalizadas y no tienen en cuenta gran cantidad de características que cada chico y chica tiene en particular. La ayuda de profesionales puede ser útil para acompañar esta toma de decisiones.
catalinafuster.com
Psicóloga y Coach