Ya estamos inmersos en septiembre y, en breve, en la vuelta al cole. En muchas familias se inician los preparativos para adecuar la equipación y los materiales que niños y niñas van a necesitar para el próximo curso. Algunas familias se preparan para todo esto y para cambiar los hábitos y horarios a la rutina de otoño que también se mantendrá durante el invierno. Pero tal vez sería bueno prepararse para algo más, ¿qué asuntos hay que trabajar como asignaturas de casa? Posiblemente haya muchos temas y, al igual que se hace en el colegio, no podemos abordarlos todos de golpe. Según la edad de nuestros hijos e hijas, podría estar bien priorizar algunas cuestiones frente a otras, a pesar de que el todo, el conjunto de valores y cuestiones fundamentales, esté siempre presente en la educación.
Vamos a concretar un poco más. Dependiendo de la edad que tengan los pequeños de la casa y dependiendo del momento de desarrollo en el que estén, podemos dedicarnos a hacer más énfasis en que adquieran y mejoren sus habilidades sociales, o en las habilidades de comunicación, en fortalecer la confianza en sí mismos, etc. También vale la pena ser capaz de reconocer las necesidades de nuestros hijos para hacer más énfasis en los aspectos que conviene reforzar, sin que ello suponga tener la sensación de que tienen debilidades, simplemente reconociendo los aspectos que necesitan mejorar.
Cuando estamos en edades tempranas, incluso puede ser importante que reflexionemos sobre estas características, para elegir las actividades complementarias o extraescolares que consideremos más adecuadas o que vayan a aportar más beneficios a lo que ellos necesitan reforzar. Frente a la posibilidad de que practiquen un deporte, qué puede ser más adecuado, que sea uno que se practique de forma individual o en equipo, que tenga un aspecto muy competitivo o que esté centrado en el esfuerzo de superación personal; y pensando en lo que puede ser más útil y ventajoso para ellos y ellas, no en lo que a los padres o madres nos encantaría que hicieran para aumentar nuestro ego.
Se trata pues, de proponernos algunos objetivos, de establecer una cierta prioridad en esos aspectos que es importante enfatizar y comprobar si los están asimilando a no, en cada momento de su desarrollo personal. De esta forma observaremos si se están produciendo algunas conductas desajustadas o incluso, si se está realizando una educación diferente, por ejemplo, si es niño o es niña; y si esta diferencia es voluntaria o no. Vamos a un ejemplo práctico: ¿has observado si exiges lo mismo a tus hijos en el orden de su habitación? ¿o en la ayuda para poner y recoger la mesa? Algunas de estas conductas, tienen que exigirse según su edad y no tanto según el sexo. ¿A cual de tus hijos le pides que te ayude más en las tareas de casa? ¿y a cual de ellos le pides que haga otras actividades externas? Esta cuestión es más importante de lo que parece, por lo cual, en otro artículo hablaremos de los propios comportamientos sexistas de padres y madres.
Sea cual sea la edad que tengan los menores de la casa, no está de más proponerse una intención para este curso que comienza, proponerse alguna meta en la que trabajar y que dé intencionalidad a las cosas que se hacen en casa en el día a día. ¿Qué te parece el plan?
catalinafuster.com
Psicóloga y Coach