Ya estamos en julio, los chavales han terminado el cole, sabemos los resultados que han tenido y estamos casi con el verano organizado para que hagan lo que tengan que hacer. Vamos a referirnos esas cosas que se pueden poner entre las tareas para el verano que son un aprendizaje indirecto, pero no por ello menos importante, y que requiere tener conciencia de lo que se está fomentando.
Si tus hijos e hijas están todavía en primaria y han trabajado durante el curso, estaremos de acuerdo que se merecen un descanso, sin que eso esté reñido con el hecho de que puedan seguir adquiriendo aprendizajes. En las vacaciones pueden aprender otras cosas, tan importantes e imprescindibles como los conocimientos; es el momento de reforzar nuevas responsabilidades, de proponerles aprendizajes divertidos y de sugerirles que descubran cosas que les gustan y que, aprendiendo a identificarlas, se preparen para tomar decisiones futuras. Precisamente este aprendizaje es de los importantes, desde mi punto de vista. Niños y niñas tienen que aprender a saber qué cosas les gustan y les interesan, aunque sean cosas que no comparten con otros amigos o con parientes cercanos. De esta forma les estamos animando y fomentando su responsabilidad con ellos mismos, su autoestima y están aprendiendo estrategias de motivación para el futuro. Están aprendiendo a tomar decisiones en base a sus intereses y a sus gustos, y están aumentando su seguridad.
Cuando son adolescentes tienen que comenzar a elegir, a decidir sobre distintas cosas: estudios, amistades, hábitos más o menos peligrosos. En ocasiones, esas decisiones se toman según lo que les dicen otros, aunque sean consejos con buenas intenciones, o pueden llegar a decidir en base a lo que hacen algunos de sus amigos, porque la idea de no seguir estando juntos les genera dudas e inseguridad. Por eso, vale la pena que hayan aprendido a identificar sus intereses y sus gustos, e incluso, a asumir sus dudas e incertidumbres. Pero todo ello desde su responsabilidad y desde el concepto de entender que uno se puede equivocar, confundir y rectificar luego, siempre desde la propia responsabilidad y dándole ese sentido de aprender de los errores.
Puedes preguntarle a tus hijos, ¿qué es lo que más te gusta de … tal actividad? ¿cómo te sientes cuando lo haces? ¿qué inconveniente le ves a esto? (si es que ve alguno) ¿es más grande el inconveniente o lo que te gusta de hacerlo? Estas preguntas le ayudarán a seguir adelante o a cambiar su decisión, haciéndolo desde un razonamiento propio.
Así pues, las vacaciones pueden ser una oportunidad para probar gustos nuevos, aficiones distintas, actividades diferentes o grupos diversos de amigos y de relaciones. No desperdiciemos estos aprendizajes, por pequeños que sean nuestros hijos e hijas, es importante implicarles en las opciones que se les ofrecen y no dárselo todo elaborado y decidido, para que tengan la oportunidad de preguntarse lo que les gusta y puedan aprender a elegir. Sabemos que, a veces, puede ser necesario insistirles para que hagan algo, y desde luego habrá que fomentar que sean constantes y no abandonen ante el primer contratiempo, pero valdrá la pena fomentar su libertad y su coherencia desde la experiencia propia.
catalinafuster.com
Psicóloga y Coach